Autor: Guillaume Apollinaire
Editorial: Valdemar
Número de páginas: 119
"Las hazañas de un joven don Juan", de Apollinaire, es una de las obras en las que el erotismo y la ironía se unen con más asombrosos resultados. Maligno, lúbrico, casi demoniaco, Apollinaire juega con los instintos del lector, calienta su imaginación y le hace dudar si en verdad es erotismo lo que se le ofrece o es un infame juego de espejos deformantes que pretende mostrar al lector desprevenido sus más ocultas perversiones.
Apollinaire nos cuenta la historia de Roger, el hijo de un matrimonio de la alta burguesía francesa, que se marcha de vacaciones a su castillo en el campo, con su madre, su tía y dos de sus hermanas; fornicará -salvo con su madre- con todas las mujeres de su familia y con casi todas las del servicio. Por delante, por detrás, por arriba y por abajo. “Las hazañas de un joven don Juan” es un pequeño catálogo de perversiones y pecados; incluso viola el secreto de confesión al escuchar las revelaciones íntimas que todas las mujeres del castillo hacen al cura, incluyendo la confesión de las perversiones sexuales de su padre, que le complacen extremadamente. Hay sodomía, felaciones, homosexualidad entre mujeres, estupro, incesto, lamidas de ano, olores de excrementos que le excitan... Es todo un inventario de depravaciones que más bien parece escrito para ironizar sobre la literatura pornográfica y sobre los vicios de la sociedad francesa.
Apollinaire escribió Las hazañas de un joven don Juan entre 1910 y 1913, casi en la misma época en que creó su mundialmente conocida “Las once mil vergas”, obra en la que coincide en ausencia de seriedad y trascendencia, en sus valores satíricos y humorísticos. En el fondo, parece que el autor se ha burlado del lector y ha sacado a la luz sus más bajos instintos.

Guillaume Apollinaire fue el seudónimo del poeta, novelista y ensayista francés Wilhelm Apollinaire de Kostrowitsky (Roma, 26 de agosto de 1880 – París, 9 de noviembre de 1918).
Nació en Roma (Italia), el 26 de agosto de 1880, de madre polaca. Tenía un hermano llamado Albert. Su padre los abandonó muy pronto, por lo que él y su hermano crecieron en Mónaco, donde estudió en el Lycee Sant-Charles. Asimismo, transcurrieron algunos años de su juventud en la localidad francesa de Niza. Escritor de vida azarosa, desempeñó diversos empleos: en 1901 viaja a Alemania durante un año, para sobrevivir como preceptor de la hija de la vizcondesa de Milhau. A su regreso a París, en 1902, trabajó como contable en la bolsa y como crítico para varias revistas, desde las que teorizó en defensa de las nuevas tendencias, como el cubismo de sus amigos Picasso y Braque y el fauvismo de Henri Matisse, con los que compartió la vida bohemia de la época y frecuentó los círculos artísticos y literarios de la capital francesa, donde adquirió cierta notoriedad además de escribir el texto que sirvió de manifiesto para el Cubismo, Los pintores cubistas.
En 1909 publicó su primer libro, El encantador en putrefacción, basado en la leyenda de Merlín y Viviana, al que siguieron una serie de relatos de contenido fabuloso. Sus libros de poemas El bestiario o el cortejo de Orfeo (1911) y Alcoholes (1913) reflejan la influencia del simbolismo, al tiempo que introducen ya importantes innovaciones formales; ese mismo año apareció el ensayo crítico Les peintres cubistes (Los pintores cubistas), defensa encendida del nuevo movimiento como superación del realismo. Al estallar la guerra de 1914, se alistó como voluntario y fue herido de gravedad en la cabeza en 1916; ese año se le concede la nacionalidad francesa, murió dos años después, víctima de la gripe española, cuando aún estaba convaleciente.
Apollinaire nos cuenta la historia de Roger, el hijo de un matrimonio de la alta burguesía francesa, que se marcha de vacaciones a su castillo en el campo, con su madre, su tía y dos de sus hermanas; fornicará -salvo con su madre- con todas las mujeres de su familia y con casi todas las del servicio. Por delante, por detrás, por arriba y por abajo. “Las hazañas de un joven don Juan” es un pequeño catálogo de perversiones y pecados; incluso viola el secreto de confesión al escuchar las revelaciones íntimas que todas las mujeres del castillo hacen al cura, incluyendo la confesión de las perversiones sexuales de su padre, que le complacen extremadamente. Hay sodomía, felaciones, homosexualidad entre mujeres, estupro, incesto, lamidas de ano, olores de excrementos que le excitan... Es todo un inventario de depravaciones que más bien parece escrito para ironizar sobre la literatura pornográfica y sobre los vicios de la sociedad francesa.
Apollinaire escribió Las hazañas de un joven don Juan entre 1910 y 1913, casi en la misma época en que creó su mundialmente conocida “Las once mil vergas”, obra en la que coincide en ausencia de seriedad y trascendencia, en sus valores satíricos y humorísticos. En el fondo, parece que el autor se ha burlado del lector y ha sacado a la luz sus más bajos instintos.
Guillaume Apollinaire fue el seudónimo del poeta, novelista y ensayista francés Wilhelm Apollinaire de Kostrowitsky (Roma, 26 de agosto de 1880 – París, 9 de noviembre de 1918).
Nació en Roma (Italia), el 26 de agosto de 1880, de madre polaca. Tenía un hermano llamado Albert. Su padre los abandonó muy pronto, por lo que él y su hermano crecieron en Mónaco, donde estudió en el Lycee Sant-Charles. Asimismo, transcurrieron algunos años de su juventud en la localidad francesa de Niza. Escritor de vida azarosa, desempeñó diversos empleos: en 1901 viaja a Alemania durante un año, para sobrevivir como preceptor de la hija de la vizcondesa de Milhau. A su regreso a París, en 1902, trabajó como contable en la bolsa y como crítico para varias revistas, desde las que teorizó en defensa de las nuevas tendencias, como el cubismo de sus amigos Picasso y Braque y el fauvismo de Henri Matisse, con los que compartió la vida bohemia de la época y frecuentó los círculos artísticos y literarios de la capital francesa, donde adquirió cierta notoriedad además de escribir el texto que sirvió de manifiesto para el Cubismo, Los pintores cubistas.
En 1909 publicó su primer libro, El encantador en putrefacción, basado en la leyenda de Merlín y Viviana, al que siguieron una serie de relatos de contenido fabuloso. Sus libros de poemas El bestiario o el cortejo de Orfeo (1911) y Alcoholes (1913) reflejan la influencia del simbolismo, al tiempo que introducen ya importantes innovaciones formales; ese mismo año apareció el ensayo crítico Les peintres cubistes (Los pintores cubistas), defensa encendida del nuevo movimiento como superación del realismo. Al estallar la guerra de 1914, se alistó como voluntario y fue herido de gravedad en la cabeza en 1916; ese año se le concede la nacionalidad francesa, murió dos años después, víctima de la gripe española, cuando aún estaba convaleciente.
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